Sindicatos buscan su tabla de salvación
- Publicado: 08 Enero 2008
PUERTO LA CRUZ / BARCELONA.-
En los últimos seis años del mandato del presidente Hugo Chávez, nuevas
organizaciones gremiales con la etiqueta de “bolivarianas”, le han
salido al paso a los sindicatos tradicionales afiliados a la Central de
Trabajadores de Venezuela (CTV).
Anzoátegui no ha sido la excepción en el surgimiento de liderazgos emergentes del seno del oficialismo. Cada agrupación de trabajadores tiene ahora un par, en la administración pública y en algunas empresas privadas.
En su afán por no perder los espacios conquistados, tanto los nacientes asociaciones como los de vieja trayectoria, buscan una tabla de salvación en la unificación o en la legitimación de su dirigencia.
Según el presidente de la Federación de Trabajadores de Anzoátegui (Fetranzoátegui), Tito Barrero, la razón de esta especie de “diversificación”, es dividir y penetrar una estructura “que por más que lo intente, el chavismo no logra controlar”.
Exhortó a las nuevas organizaciones, a medirse en
elecciones, para demostrar “quién tiene la mayoría”.
También se mostró partidario de la unificación sindical. “Ninguno de los representantes de los sindicatos paralelos han sido electos por sus agremiados, todos se han autoproclamado”.
Destacó que la Ley Orgánica de Trabajadores (LOT) obliga a los sindicatos a someterse a un proceso electoral, al cuarto año de su conformación, pero “todavía ninguno ha cumplido”.
Negó que la CTV sea un “cascarón” vacío, como ha sido señalado desde el oficialismo. “La Central continúa apoyando a las 59 organizaciones nacionales y 23 regionales que siguen afiliadas, porque de aquí no se ha ido nadie”, dijo.
Luis Serrano, coordinador regional de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), asegura que su organización ha venido creciendo, mientras Fetranzoátegui se desmorona.
Entre sus conquistas mencionó los sindicatos de Cocacola, Vivex, MMC y Tapas Corona. Además los de la Gobernación de Anzoátegui, Pdvsa y el de los trabajadores de la construcción, transporte, educación, vigilancia privada, salud y las alcaldías de Anaco, Bolívar, Sotillo y Santa Ana.
En la actualidad cuenta con 80 sindicatos afiliados. Serrano apoya la creación de una federación única nacional.
Nuevos retos
Entre los casos más emblemáticos de Anzoátegui se encuentra el de Sinutrapetrol, organización del sector petrolero que dirige Raúl Párica, quien piensa que “el trabajador no debe estar apegado a los bienes materiales, sino comprometido con el proyecto de Chávez”.
“Nosotros necesitamos construir un movimiento obrero con base política e ideológica, por ello vamos a profundizar en la campaña de concienciación interna”.
A su juicio, los trabajadores deben tener mayor participación en la toma de decisión y en el ejercicio de la contraloría social, para acabar con la discriminación y la corrupción que aún persiste en la principal industria del país.
José Bodas, secretario general de Fedepetrol, considera prioritario la legitimación de los sindicatos de base y confederaciones como Sinutrapetrol y UNT, cuyos directivos fueron escogidos a dedo.
Insistió en que el sindicalismo debe prevalecer como instrumento de lucha de la clase trabajadora, pero advierte que para ello se necesitan organizaciones autónomas, sin injerencia del patrón ni de ningún partido político.
Caso similar se presenta entre la Unión Regional de Empleados Públicos de Anzoátegui (Urepanz), con 20 años de actividad y el Sindicato Unión Gremial de Empleados de la Gobernación de Anzoátegui (Sugreganz), surgida hace tres años.
Robinson Guaimare, secretario general de Urepanz, asegura que cuenta con 1.000 afiliaciones y 300 en proceso de inclusión, de los 3.000 trabajadores del Ejecutivo regional.
Admitió que cerca de 500 empleados se cambiaron o mantienen la doble afiliación, por presiones o temor a ser despedidos.
Plantea que la única salida para que los trabajadores escojan a sus representantes, es el referéndum sindical.
Para ello, Sugreganz deberá primero realizar elecciones, “ya que aunque es el firmante de la contratación colectiva vigente, su condición es ilegal”.
Carlos Martínez, directivo de Sugreganz, precisó por su parte que agrupan unos 2.000 trabajadores y que este nuevo año realizarán comicios para renovar las autoridades.
Martínez no se pronunció respecto a la posibilidad de someterse a un proceso refrendario, que de producirse, sería inédito.
Asdrúbal Gómez, presidente del Sindicato Nacional Bolivariano de la Construcción, manifestó que está de acuerdo con la unificación sindical, una nueva Ley Orgánica del Trabajo y con la participación del gremio en la actividad política nacional.
“La organización sindical es una estructura de gobierno y cuando uno es bolivariano, hay que demostrarlo con hechos, no sólo vistiéndose de rojo”.
Mientras Rafael Hernández, directivo del Sindicato Regional de la Construcción, comentó que esta organización de 50 años, mantiene agrupados a 3.000 trabajadores.
Dijo que tanto el cooperativismo como los sindicatos patronales han debilitado al sector gremial, ya que lejos de luchar por los intereses de los obreros, “comercializan con sus reivindicaciones y anteponen los beneficios personales a los colectivos”, expresó.
Vencidos
Tito Barrero, presidente de Fetranzoátegui asegura que la mayoría de los contratos colectivos de la administración pública regional están vencidos.
Sólo las alcaldías de Guanta, Sotillo, Urbaneja y Monagas han firmado nuevos acuerdos laborales. “Cerca de 21 mil trabajadores esperan desde hace cuatro años por mejoras salariales”, dijo.
10.000 trabajadores
Luis Serrano, coordinador regional de la UNT, precisó que en apenas cuatro años de creada, esta organización cuenta con 80 sindicatos y 10 mil trabajadores afiliados.
En la actualidad, están realizando los trámites para afiliar a dos organizaciones más. “Contamos con el apoyo de la mayoría de los trabajadores”, sentenció.
Anzoátegui no ha sido la excepción en el surgimiento de liderazgos emergentes del seno del oficialismo. Cada agrupación de trabajadores tiene ahora un par, en la administración pública y en algunas empresas privadas.
En su afán por no perder los espacios conquistados, tanto los nacientes asociaciones como los de vieja trayectoria, buscan una tabla de salvación en la unificación o en la legitimación de su dirigencia.
Según el presidente de la Federación de Trabajadores de Anzoátegui (Fetranzoátegui), Tito Barrero, la razón de esta especie de “diversificación”, es dividir y penetrar una estructura “que por más que lo intente, el chavismo no logra controlar”.
Exhortó a las nuevas organizaciones, a medirse en
elecciones, para demostrar “quién tiene la mayoría”.
También se mostró partidario de la unificación sindical. “Ninguno de los representantes de los sindicatos paralelos han sido electos por sus agremiados, todos se han autoproclamado”.
Destacó que la Ley Orgánica de Trabajadores (LOT) obliga a los sindicatos a someterse a un proceso electoral, al cuarto año de su conformación, pero “todavía ninguno ha cumplido”.
Negó que la CTV sea un “cascarón” vacío, como ha sido señalado desde el oficialismo. “La Central continúa apoyando a las 59 organizaciones nacionales y 23 regionales que siguen afiliadas, porque de aquí no se ha ido nadie”, dijo.
Luis Serrano, coordinador regional de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), asegura que su organización ha venido creciendo, mientras Fetranzoátegui se desmorona.
Entre sus conquistas mencionó los sindicatos de Cocacola, Vivex, MMC y Tapas Corona. Además los de la Gobernación de Anzoátegui, Pdvsa y el de los trabajadores de la construcción, transporte, educación, vigilancia privada, salud y las alcaldías de Anaco, Bolívar, Sotillo y Santa Ana.
En la actualidad cuenta con 80 sindicatos afiliados. Serrano apoya la creación de una federación única nacional.
Nuevos retos
Entre los casos más emblemáticos de Anzoátegui se encuentra el de Sinutrapetrol, organización del sector petrolero que dirige Raúl Párica, quien piensa que “el trabajador no debe estar apegado a los bienes materiales, sino comprometido con el proyecto de Chávez”.
“Nosotros necesitamos construir un movimiento obrero con base política e ideológica, por ello vamos a profundizar en la campaña de concienciación interna”.
A su juicio, los trabajadores deben tener mayor participación en la toma de decisión y en el ejercicio de la contraloría social, para acabar con la discriminación y la corrupción que aún persiste en la principal industria del país.
José Bodas, secretario general de Fedepetrol, considera prioritario la legitimación de los sindicatos de base y confederaciones como Sinutrapetrol y UNT, cuyos directivos fueron escogidos a dedo.
Insistió en que el sindicalismo debe prevalecer como instrumento de lucha de la clase trabajadora, pero advierte que para ello se necesitan organizaciones autónomas, sin injerencia del patrón ni de ningún partido político.
Caso similar se presenta entre la Unión Regional de Empleados Públicos de Anzoátegui (Urepanz), con 20 años de actividad y el Sindicato Unión Gremial de Empleados de la Gobernación de Anzoátegui (Sugreganz), surgida hace tres años.
Robinson Guaimare, secretario general de Urepanz, asegura que cuenta con 1.000 afiliaciones y 300 en proceso de inclusión, de los 3.000 trabajadores del Ejecutivo regional.
Admitió que cerca de 500 empleados se cambiaron o mantienen la doble afiliación, por presiones o temor a ser despedidos.
Plantea que la única salida para que los trabajadores escojan a sus representantes, es el referéndum sindical.
Para ello, Sugreganz deberá primero realizar elecciones, “ya que aunque es el firmante de la contratación colectiva vigente, su condición es ilegal”.
Carlos Martínez, directivo de Sugreganz, precisó por su parte que agrupan unos 2.000 trabajadores y que este nuevo año realizarán comicios para renovar las autoridades.
Martínez no se pronunció respecto a la posibilidad de someterse a un proceso refrendario, que de producirse, sería inédito.
Asdrúbal Gómez, presidente del Sindicato Nacional Bolivariano de la Construcción, manifestó que está de acuerdo con la unificación sindical, una nueva Ley Orgánica del Trabajo y con la participación del gremio en la actividad política nacional.
“La organización sindical es una estructura de gobierno y cuando uno es bolivariano, hay que demostrarlo con hechos, no sólo vistiéndose de rojo”.
Mientras Rafael Hernández, directivo del Sindicato Regional de la Construcción, comentó que esta organización de 50 años, mantiene agrupados a 3.000 trabajadores.
Dijo que tanto el cooperativismo como los sindicatos patronales han debilitado al sector gremial, ya que lejos de luchar por los intereses de los obreros, “comercializan con sus reivindicaciones y anteponen los beneficios personales a los colectivos”, expresó.
Vencidos
Tito Barrero, presidente de Fetranzoátegui asegura que la mayoría de los contratos colectivos de la administración pública regional están vencidos.
Sólo las alcaldías de Guanta, Sotillo, Urbaneja y Monagas han firmado nuevos acuerdos laborales. “Cerca de 21 mil trabajadores esperan desde hace cuatro años por mejoras salariales”, dijo.
10.000 trabajadores
Luis Serrano, coordinador regional de la UNT, precisó que en apenas cuatro años de creada, esta organización cuenta con 80 sindicatos y 10 mil trabajadores afiliados.
En la actualidad, están realizando los trámites para afiliar a dos organizaciones más. “Contamos con el apoyo de la mayoría de los trabajadores”, sentenció.