¿Cuál debe ser la actitud de la UNT ante los consejos de trabajadores propuestos por Chávez?
- Publicado: 06 Abril 2008
La UNT ( Unión Nacional de Trabajadores) y el conjunto del
movimiento revolucionario de los trabajadores debe tener una postura
correcta y sobre todo, llevar a cabo las acciones para implementar los
consejos de trabajadores desde la base , tanto en las empresas ocupadas
por trabajadores como en las que todavía están bajo control de
capitalistas, así como en la empresa pública. Ello es fundamental de
cara a las tareas que debe acometer la clase trabajadora venezolana
para conducir la revolución venezolana hacia el socialismo, es decir
hacia la expropiación de los medios de producción, las fábricas, los
grandes monopolios, la banca y la tierra a los capitalistas y la
destrucción de aparato estatal heredado de la IV república y la
sustitución por un estado o semiestado auténticamente revolucionario.
Para los marxistas, la clase obrera venezolana es el único sector
que puede organizar un estado revolucionario alternativo al estado
burgués. Esa es uno de los puntos fundamentales que distinguen a los
marxistas del resto de corrientes dentro de la izquierda. El
campesinado, los sectores populares, la pequeña burguesía por sí sola
es incapaz de organizar estructuras estables: es necesario la
participación de la clase obrera de un modo organizado con sus órganos,
sus estructuras de poder estatal que coordinada, (y no al margen o
contraponiendo) con los sectores populares, los campesinos y las capas
medias para que se pueda organizar ese estado revolucionario que
demanda la revolución bolivariana. Esta es la causa fundamental de los
consejos comunales basados en las comunidades, pese a todos los
esfuerzos y avances que ha habido, hayan sido incapaces de organizar
una alternativa al estado burgués en todos estos años de revolución,
pese a la cantidad de recursos económicos que ha destinado el estado
venezolano.
Las comunidades en Venezuela tienen una composición social muy
heterogénea en donde predomina la dispersión, aunque en su seno hay
revolucionarios muy comprometidos y su lucha es digna de admiración.
Sin embargo, desafortunadamente se puede construir un estado
revolucionario exclusivamente sobre la base de las comunidades. La
única posibilidad es que la clase obrera construya sus propios órganos
de poder y estos se coordinen con los consejos comunales. No la margen
e independientemente si no entrelazos, coordinados con ellos. Del mismo
modo que las comunidades por si solas no pueden organizar el nuevo
estado revolucionario, la clase trabajadora no puede por sí sola tomar
el poder si no es capaz de ganarse el oído, el apoyo, la solidaridad de
los sectores populares. Por ello es fundamental que la clase
trabajadora incluya entre sus reclamos los de las comunidades y en
todas sus luchas trate de vincularse a las mismas que suponen
posiblemente más del 50% de la población de Venezuela.
La propuesta de los consejos de trabajadores
Los primeros consejos de trabajadores se conformaron en la fábrica
INVEVAL y en durante la lucha de Sanitarios Maracay y en la empresa
INAF en Cagua a iniciativa de la CMR y FRETECO en Venezuela.
Desafortunadamente ninguna otra organización política en Venezuela en
ninguna lucha impulsó la existencia de estos organismos de control
obrero de la producción que sean auténticos órganos de control
democrático de la producción y gestión de una empresa por parte de los
trabajadores.
Posteriormente los consejos de trabajadores fueron impulsados
verbalmente por el actual ministro del trabajo Rivero a partir de enero
de 2007 al llegar a su cartera como ministro de trabajo. Hasta ahora,
no se ha aprobado ninguna medida, ni ley efectiva para implementarlos o
que señalen claramente, cual es su función dentro de las empresas. La
derrota en el referéndum constitucional del 2 de diciembre impidió que
en el texto vinieran recogido los consejos de trabajadores como
órganos de poder popular. De aprobarse la reforma, entre otros
aspectos, hubiera significado un enorme impulso a la creación de los
consejos de trabajadores. Desde la corriente sindical de la que
proviene el ministro del trabajo la FSBT no se ha tomado desde
entonces ninguna medida efectiva por implementar ni legislativamente,
ni desde la base en la lucha en las fábricas los consejos de
trabajadores. No es de extrañar puesto que la dirección de la FSBT es
el sector sindical más ligado a la burocracia reformista de la
revolución bolivariana.
La propuesta del ministro del trabajo fue rechaza por otros
sectores del movimiento sindical, en concreto por parte de Orlando
Chirinos uno de los dirigentes más destacados de la UNT. Chirinos no
tan sólo se opuso a los consejos de los trabajadores si no también a la
reforma constitucional. Eso fue un grave error. El argumento
fundamental de Chirinos para oponerse a los consejos de trabajadores
fue que los mismos eran y son una maniobra de la burocracia reformista
del gobierno para suplantar y debilitar el movimiento sindical en
Venezuela y destruir a la UNT. “Sería muy importante si las
organizaciones sindicales llegaran a acuerdos con los consejos de
trabajadores, pero los lineamientos de estos estarán planteados desde
el Estado. Los consejos de trabajadores deben tener autonomía y lo que
estamos viendo es que intentan controlar a los trabajadores y a sus
organizaciones sindicales… Lo que sí te digo abiertamente es que la
intención es minimizar la acción del movimiento sindical. Hoy,
lamentablemente, vemos una conducta del Gobierno muy peligrosa que
actúa desde el Ministerio del Trabajo contra la libertad sindical y
contra su autonomía…”Entrevista a Orlando Chirinos, coordinador
nacional de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete). El Universal, 14
de Octubre de 2007. Es conocido el enfrentamiento del Chirinos con el
ala derechista de la FSBT y con el ministro del trabajo. Las divisiones
entre Chirinos, Marcela Maspero y La FSBT han llevado a la parálisis a
la UNT como organización nacional y con ello a la parálisis de la clase
trabajadora para acometer sus tareas revolucionarias.
Ante este panorama muchos trabajadores están confundidos y más cuando
desde sectores de la FSBT se plantea que efectivamente los sindicatos
son algo desfasado inventado por los capitalistas y que hay que formar
únicamente consejos de trabajadores. Esta es una postura reaccionaria
ya que los sindicatos son instrumentos de lucha de la clase
trabajadora para la defensa de sus intereses creados con un enorme
sacrificio. Que en determinadas condiciones la dirección de los
sindicatos se puedan corromper y hacerse patronales es consecuencia de
concebir el sindicalismo y en general la lucha de la clase obrera desde
un punto de vista estrictamente reivindicativo y no entrelazar la lucha
de los trabajadores con la lucha por el socialismo y contra el
capitalismo. Pero eso no es responsabilidad de los sindicatos en sí,
ni de los trabajadores que los conforman, si no de los dirigentes
sindicales reformistas y necesariamente patronales que en determinadas
ocasiones tiene que calarse la clase obrera. Los marxistas defendemos
los sindicatos y luchamos en ellos por una política combativa y
revolucionaria. Pero no nos quedamos allí y planteamos que las tareas
de los sindicatos en una revolución deben ir más allá y transformarse
en instrumentos para la toma del poder por parte de los trabajadores,
esa es la tarea central de la UNT. Por ello es fundamental que los
trabajadores de los sindicatos revolucionarios tengan una posición
correcta respecto a los consejos de trabajadores. ¿Cuál debe ser la
postura de los sindicalistas venezolanos ante los consejos de
trabajadores? ¿Deben estar a favor o en contra de los mismos?.
¿Sindicatos o consejos obreros?
Los consejos de trabajadores base del estado revolucionario alternativo al estado burgués.
a experiencia de la revolución rusa de 1917 y la revolución alemana de 1923.
Los consejos de trabajadores históricamente surgen cuando la lucha
de clases llega a un punto donde se pone en cuestión la propiedad y el
control de los capitalistas por las empresas. Los trabajadores empiezan
a tomar las empresas y se implementa el control obrero de la
producción. La aparición de consejos de trabajadores muestra la
profundidad de la crisis revolucionaria y la posibilidad de que la
clase trabajadora se organiza como clase dominante y forme sus propios
órganos de poder. Los consejos de trabajadores han sido en numerosas
ocasiones a lo largo de la historia la base del estado revolucionario.
La experiencia de la revolución Rusa de 1917 es elocuente al respecto:
los soviets obreros (Consejos) surgieron como comités de huelga
ampliados que coordinaban diferentes fábricas y que se extendieron a
todo el país desde los barrios obreros a todo la ciudad y de allí a
regiones enteras y a todo el país. Como parte de de los órganos de
control obrero estaban también los consejos de fábrica que llevaban el
control obrero de la producción siendo la dirección obrera da las
empresas elegida por los mismos obreros. Los soviets fueron los órganos
del naciente estado obrero sin embargo los bolcheviques no se ataron a
la forma de los soviets, también pensaban que en un momento dado los
consejos de fábrica, incluso los sindicatos podrían jugar ese papel.
Los bolcheviques en 1917 no tan sólo no se opusieron a los consejos de
fábrica, si no que los impulsaron por todo el país. Aún más, en julio
de 1917, Lenin tras las “jornadas de julio” en que la burocracia
reformista de la revolución rusa se lanzo a reprimir a los trabajadores
y a los bolcheviques, ante la resistencia de la burocracia reformista
en los soviets, propuso que la clase obrera tomara el poder no a través
de los soviets, si no a través de los consejos de fábrica.
Como señala Trotsky en la historia de la revolución Rusa “La
cuestión de saber qué organización de masas debía servir al partido
para dirigir conforme a ella la insurrección no permitía una resolución
a priori ni, con mayor motivo, categórica. Podían convertirse en
órganos de insurrección los comités de fábrica y los sindicatos, que se
hallaban ya bajo la dirección de los bolcheviques, y asimismo, en
algunos casos, los soviets, en la medida en que alcanzasen a sacudir el
yugo de los conciliadores (reformistas). Lenin, por ejemplo, decía a
Ordjonikidze: "Hemos de trasladar el centro de gravedad a los comités
de fábrica”. Sin embargo los soviets en agosto de 1917 se revitalizaron
y el “centro de gravedad” se traslado de nuevo hacia los soviets donde
los bolcheviques ganaron democráticamente la mayoría y con ello la
dirección de los mismos. Poco después los obreros organizados en su
nueva organización estatal revolucionaria, los soviets, a cuyo frente
estaban los bolcheviques tomaron el poder y destruyeron los restos del
aparato del estado burgués.
En la revolución alemana de 1923 el papel de los consejos de
fábrica fue fundamental. Esta revolución fue abortada,
desafortunadamente, por los errores de la dirección del partido
comunista alemán asesorada por los dirigentes bolcheviques Zinoviev y
Stalin. Las causas de la derrota son motivo de otro artículo. De entre
las causas de la derrota de la revolución cabe resaltar la incapacidad
de la dirección del partido comunista alemán de apreciar el papel
revolucionario de los consejos de fábrica y creer que el poder
solamente se podía formar únicamente a través de los soviets. Como
señala Trotsky en su texto Lecciones de octubre escrito en 1924 :“En
nuestro país, tanto en 1905 como en 1917, los Soviets de diputados
obreros surgieron del movimiento mismo como su forma de organización
natural a un cierto nivel de lucha. Pero los partidos jóvenes europeos
que han aceptado más o menos los Soviets como “doctrina”, como
“principio”, estarán siempre expuestos al peligro de un concepto
fetichista de los mismos en el sentido de factores autónomos de la
Revolución. Porque, a pesar de la inmensa ventaja que ofrecen como
organismo de lucha por el Poder, es perfectamente posible que se
desarrolle la insurrección sobre la base de otra forma orgánica
(comités de fábricas, sindicatos) y que no surjan los Soviets como
órgano del Poder sino en el momento de la insurrección o aún después de
la victoria.
Desde este punto de vista, resulta muy instructiva la lucha que
emprendió Lenin contra el fetichismo sovietista luego de las jornadas
de Julio. Como en julio se tornaron los Soviets, dirigidos por
socialistas revolucionarios y mencheviques, en organismos que
impulsaban francamente a los soldados a la ofensiva y perseguían a los
bolcheviques, podía y debía buscarse otros caminos al movimiento
revolucionario de las masas obreras. Lenin indicaba los comités de
fábricas como organismos de la lucha por el Poder. (Ver, por ejemplo,
las memorias de Orjonikije*). Es muy probable que el movimiento hubiera
seguido esta línea de conducta sin la sublevación de Kornilov, la cual
obligó a los Soviets conciliadores a defenderse por sí y permitió a los
bolcheviques insuflarles de nuevo el espíritu revolucionario,
ligándolos bien a las masas por mediación de su izquierda, o sea del
bolchevismo.
Tiene tal cuestión una inmensa importancia internacional, según lo
ha demostrado la reciente experiencia de Alemania. En este país se
crearon varias veces Soviets como órganos de la insurrección, del
Poder... sin poder. Se dio el resultado de que en 1923 comenzara el
movimiento de las masas proletarias y semiproletarias a agruparse
alrededor de los comités de fábricas, que en el fondo ejecutaban las
mismas funciones que las que entre nosotros incumbían a los Soviets en
el período anterior a la lucha directa por el Poder. Sin embargo, en
agosto y septiembre, propusieron algunos compañeros proceder
inmediatamente a la creación de Soviets en Alemania. Tras de largos y
ardientes debates se rechazó su propuesta, y con razón. Como ya se
habían convertido los comités de fábricas en puntos efectivos de
concentración de las masas revolucionarias, los Soviets habrían
desempeñado en el período preparatorio un papel paralelo al de estos
comités y no tendrían sino una forma sin contenido. Así, pues, no
habrían hecho más que desviar el pensamiento de las tareas materiales
de la insurrección (ejército, policía, centurias, ferrocarriles,
etcétera) para volver a fijarlo en una forma de organización autónoma.
Trotsky insiste en este escrito sobre todo en la idea de que no se
puede hacer un fetiche de los soviets, que hay que ser flexibles, que
los órganos para la toma del poder de la clase trabajadora pueden ser
no tan sólo soviets, sino también los consejos de fábrica y los
sindicatos. La lección, el aspecto más destacable para la revolución
venezolana de la experiencia del pasado es que los consejos de
fábrica, cómo los sindicatos en otras revoluciones jugaron un papel
cómo órganos del nuevo estado de los trabajadores incluso como órganos
para la toma del poder. Y por ello también pueden jugar un papel
revolucionario clave en Venezuela.
Es necesario que los trabajadores se organicen para tomar las empresas y ponerlas a producir bajo su control en toda Venezuela.
La propuesta del ministro del trabajo y ahora del presidente
Chávez de formar consejos de trabajadores debería ser tomada por el
conjunto del movimiento obrero y sindical revolucionario para ser
llevado a la práctica. Si se extendieran consejos de fábrica en toda
Venezuela o al menos en las fábricas más importantes estos serian la
base junto a los sindicatos del futuro estado revolucionario que
necesita la revolución. No hay contradicción entre los sindicatos y los
consejos de trabajadores o de fábrica, ambos se complementan. La
experiencia de la lucha de los trabajadores de Sanitarios Maracay es
elocuente. Mientras duró la toma de la empresa fueron los directivos
del sindicato revolucionario junto a un grupo de trabajadores elegido
en asamblea junto a los directivos los que conformaron el consejo de
fábrica, que era un órgano más amplio y flexible que la estructura del
sindicato. Los máximos dirigentes del sindicato, lo eran también del
consejo de fábrica. Los miembros del consejo de fábrica fueron elegidos
en asamblea por los propios trabajadores y podían ser revocables por la
misma.
¿En qué país del mundo el presidente de un gobierno plantea la
necesidad de formar consejos de trabajadores?. En ninguno, por que el
consejo de trabajadores, o de fábrica plantea inmediatamente la
cuestión del control obrero de la producción y esto está en
contradicción con la propiedad en manos de la burguesía de los medios
de producción y con la existencia del estado burgués. Por eso el
movimiento obrero revolucionario venezolano debe tomar esa iniciativa y
desarrollarla por la base sin esperar a que el gobierno la implemente.
Los sectores reformistas de la FBT, con el ministro del trabajo al
frente pueden querer plantear esos consejos de trabajadores de un modo
burocrático con el fin de hacerse con una base entre los trabajadores y
luchar contra la organización sindical revolucionaria sobre todo en su
pelea contra otros sectores de la UNT. Debemos estar vigilantes ante
cualquier tentativa de transformar los consejos de trabajadores en
consejos de la burocracia reformista con los patronos en contra del
movimiento sindical. Pero sería una estupidez por parte de los
trabajadores, no tomar esa propuesta y llevarla a acabo no de un modo
burocrático, no por motivos sectarios, si no para generar el
instrumento organizativo de control obrero de la producción y el
embrión del estado obrero.
La revolución española del 31-37 y la revolución bolivariana.
“Renunciar al control obrero sencillamente porque los reformistas se pronuncian por él aunque sólo de palabra sería una enorme estupidez. Por el contrario, precisamente por esto, debemos agitar esta consigna con tanto más vigor, y obligar a los obreros reformistas a ponerla en práctica por medio de un frente único con nosotros y, sobre la base de esta experiencia, presionarles para que abandonen a Caballero y a otros farsantes.
En Rusia tuvimos éxito al crear soviets porque no éramos nosotros solamente los que nos reclamábamos de ellos, sino también los mencheviques y los social revolucionarios, aunque evidentemente estos tenían otros objetivos.
En España no podemos construir soviets precisamente porque no los quieren ni los socialistas ni los sindicalistas. Esto significa que no se puede hacer frente único ni unidad de acción con la mayoría de la clase obrera sobre esta consigna.
Pero es el mismo Caballero quien, bajo presión de las masas, se ha visto obligado a adoptar esta consigna del control obrero, abriendo de esta forma las puertas a una política de frente único y de construcción de una organización que reúna a la mayoría de los trabajadores. Debemos agarrar el toro por los cuernos. Evidentemente Caballero intentará transformar el control obrero en control de los capitalistas sobre los obreros. Pero esta cuestión se relaciona con otro capítulo, la relación de fuerzas en el interior de la clase obrera. Si en la actual situación revolucionaria, conseguimos crear comités de fábrica en todo el país, el señor Caballero y compañía habrán perdido la batalla decisiva.” Estas palabras son plenamente válidas para la revolución venezolana y cual debería ser la actitud de los sindicalistas hacia los consejos de trabajadores.
Los sindicatos revolucionarios de UNT deberían tomar con las dos manos la formación de consejos de trabajadores en todas las empresas del país para introducir el control obrero de la producción en las empresas. Lanzar una campaña nacional reclamando al gobierno presidente Chávez la nacionalización de todas las empresas en crisis, cerradas ocupada y conflicto que están saboteando la economía y generando desabastecimiento, aprovechando además la reciente medida de nacionalizar las cementeras. Hacer asambleas y foros en todas las empresas posibles formando consejos y aprobando resoluciones a favor de los mismos. Se deberían organizar jornadas por la implementación de los consejos obreros por estado donde se debatan las tareas de la clase trabajadora en la construcción del socialismo y su papel en la revolución, cómo impulsar el control obrero y preparar una jornada de toma y ocupación de fábricas que sabotean la revolución o explotan y maltratan a los trabajadores. La UNT no debe esperar a que el gobierno nacional expropie estas empresas, deben ser ocupadas por los sindicatos de la UNT y puestas a producir: las fábricas deben estar bajo control de los trabajadores y las tierras a los campesinos. Este es el único camino para la construcción del socialismo en Venezuela. Todo esto que es válido para la empresa privada lo es para la empresa pública donde la burocracia estatal despilfarra y gestiona negligentemente los recursos de todos los venezolanos y es más necesario que nunca el control obrero.
Las tareas de los consejos de trabajadores sería realizar contraloría social, luchar contra el sabotaje y desabastecimiento, controlar la producción de cada empresa, revisar la contabilidad de la empresa, ver a que se destinan los beneficios, e ir acostumbrando y entrenando a los trabajadores en la gestión y control de las empresas, todo ello en la perspectiva del que los trabajadores tomen el control de las empresas y saquen de las mismas a los capitalistas y a los burócratas. De extender los consejos de trabajadores, coordinados e impulsados por los sindicatos de UNT en cada empresa ciudad o estado, trabajando junto a los consejos comunales se podría, dándole una coordinación estatal y nacional, generar la estructura del estado revolucionario, del estado obrero que junto a las comunidades organizadas sustituya al estado burgués heredado de la IV república y a la burocracia que amenaza mortalmente la revolución Venezolana. Esta es la única vía para construir el socialismo en Venezuela.