LOS TRABAJADORES SIGUEN EN LA LUCHA
- Publicado: 11 Octubre 2007
Grupos de choque patronales mantienen a trabajadores secuestrados por segundo día en planta de tratamiento de desechos en el estado Mérida
El binomio de la corrupción prepara arremetida contra los trabajadoresLuego de dos semanas de funcionamiento bajo control obrero en la Planta de Tratamiento de Desechos Sólidos en Puente Viejo, los patronos de Sincreba y sus socios del gobierno regional vislumbraron que el poder popular ponía en riesgo un negocio que resultaba toda una papaya. En apenas la segunda semana de control obrero, los trabajadores lograron alcanzar un nivel de producción cercano al 70%, facturando más de 45 millones de bolívares en ventas, esto pese a que a la Policía de la Gobernación del Estado Mérida en diversas ocasiones obstaculizó la comercialización en la planta. Este éxito operativo de los obreros alarmó a unos patronos que además de sacarle márgenes grotescos de plusvalía a los trabajadores (pagaban 180 Bs/ kilo por materiales que se revendían entre los 3.000 y los 19.000 Bs/kilo), recibían un pago de más de trescientos millones de Bolívares mensuales por parte de la mancomunidad de cinco alcaldías cuya basura es clasificada y procesada por los trabajadores. Es el sueño neoliberal, el Estado le paga a una empresa privada para que administre una planta de propiedad pública y explote a los trabajadores, negándoles los derechos laborales establecidos en la Constitución y las leyes, entre ellos: sueldo mínimo, seguro social, higiene y seguridad industrial, cesta ticket, ley de política habitacional, prestaciones sociales, atención médica inmediata para una labor de alto riesgo, entre otros.
También es el sueño de la burocracia corrupta: las alcaldías y el gobierno regional participan del negocio.
Seguramente por esta razón, en una reunión conciliatoria realizada el viernes 5 de Octubre en el Consejo Legislativo, ante el anuncio del presidente de Sincreba, Ricardo Vielma, de que estaba dispuesto a dar por terminada la concesión y entregar la planta a los obreros, el presidente del CLEM, Rubén Ávila, saltó y sentenció que el lunes 8 de mayo la toma debía terminar y la empresa debía retomar la planta. "Estudiantes a estudiar y trabajadores a trabajar", fue la expresión con la que pretendió saldar el asunto, al mejor estilo gangsteril. A la salida de la reunión, un grupo de familiares del patrono Ricardo Vielma y extrabajadores de la planta declararon que la retomarían el día lunes, y agradecieron al legislador.
Se activan los grupos de choque de Ricardo Vielma y Rubén Ávila
El día domingo se instaló un piquete policial frente a la garita que se encuentra en la vía de acceso a la planta, unos 400 metros más abajo, permaneciendo allí todo el día e impidiendo las labores de comercialización de los desechos reutilizables.
El lunes a las 4 am los trabajadores del comité de vigilancia reportan la llegada de una patrulla con numerosos efectivos policiales, de los cuales un grupo sube a la planta y permanece allí. Antes de las 6:30 am llega el grueso de los trabajadores que defienden el control obrero, unos 70, ya prevenidos por las declaraciones públicas del grupo propatronal acerca de las acciones que se intentarían en contra de ellos. Entre las 7 am y las 8 am llega el grupo que defiende la posición de Ricardo Vielma y Rúben Ávila, unas 22 personas transportadas en taxis y carros particulares de la familia Vielma, incluyendo al abogado Richard Uranga Rivero, un "doctorcito" que acostumbra inflar el pecho cuando humilla y amenaza a los trabajadores. Este personaje es quien coordina las acciones de choque en contra del control obrero.
Otro de los personajes que llega en un carro particular de la familia Vielma es un juez del municipio Sucre, quien a instancias del patrono exige realizar una inspección ocular de la planta, alrededor de las 10 am, aunque los trabajadores impiden la ejecución de la medida. Luego de esto, el grupo de choque de Ávila y Vielma, hasta el momento apostado a pocos metros de la garita defendida por los trabajadores, se retira unos 50 metros e inicia un corte de ruta y quema de cauchos, impidiendo la labor de los camiones del aseo urbano que depositan la basura en la planta y el botadero anexo. La policía, en vez de actuar en contra de la guarimba patronal, se dirige hacia los trabajadores y plantea a través del máximo responsable del piquete policial que deben ceder a la posición patronal para evitar un enfrentamiento. El planteamiento es reiterado por un oficial de mayor rango minutos más tarde, aderezada con la amenaza de que la policía acabaría por la fuerza con la toma obrera, a más tardar el martes.
La solidaridad hace frente al ensañamiento patronal y oficial
Mientras que la policía permite al grupo de choque desarrollar su guarimba con total libertad, un grupo de representantes de los consejos comunales de la zona se presenta en el lugar para dialogar con los trabajadores, comprometiéndose a emitir un pronunciamiento solidario con la toma pues, en palabras de una de las voceras, el socialismo pasa por el control de las empresas por parte de los trabajadores.
A eso de las 2 de la tarde, los vielmistas son vencidos por el cansancio y se retiran. Luego de esto, los trabajadores realizan una asamblea en la que por unanimidad rechazan la exigencia del retorno de Sincreba a la planta, y reiteran su compromiso de lucha por el reconocimiento del control obrero sobre la planta, que es propiedad del Estado. Pasadas las 4 de la tarde, se presenta en el comedor de la planta el delegado de la Defensoría del Pueblo para el estado Mérida, Oswaldo Reques. Reques se compromete a mediar con la policía para evitar una arremetida, obteniendo por vía telefónica compromisos verbales del legislador Rubén Ávila y el secretario de gobierno, Alfieri Lameda, en este sentido. También les solicita garantías de que la policía velará por la paz y el normal desenvolvimiento de las actividades productivas y de comercialización en la planta. Además, compromete a estas autoridades a asistir junto con los alcaldes de la mancomunidad a una asamblea de trabajadores, el día Miércoles.
Palabra muerta
El compromiso del ejecutivo y el legislativo regional quedan enterrados por las acciones violentas del grupo de choque patronal del día Martes. A las 8 am, mientras se realizaban labores en la planta, los vielmistas irrumpen y toman violentamente la garita y el comedor. A partir de ese momento, y hasta ahora, mantienen sitiados a más de 60 trabajadores y les cortan el suministro de agua. La presencia policial, reducida a apenas dos efectivos fijos, observa tranquilamente las maniobras del grupo de choque y el aislamiento de los trabajadores, cuya única ruta de acceso es controlada por los mercenarios de Vielma y Ávila. Estos cortan el suministro de agua a la planta e impiden que ingrese comida, una situación insólita en la que no ha sido posible lograr la intervención de la Fiscalía o para que constate la situación e inste a la policía a actuar en contra de las acciones criminales del grupo coordinado por Richard Uranga Rivero.
En una táctica dilatoria que pretende ganar tiempo para el grupo patronal y la asfixia de la toma obrera, las autoridades posponen la reunión del miércoles.
Durante la madrugada de este miércoles, el grupo de choque efectúa disparos contra la planta en la que se encuentran los trabajadores, sin que resulte nadie herido.
Los colectivos que suscriben esta nota llaman a las autoridades nacionales a intervenir en este caso antes de que haya heridos o muertos que lamentar producto de la acción mercenaria. En horas de la tarde de hoy, el delegado estadal de la Defensoría del Pueblo se presentó en la planta, verificó la situación de incomunicación de los trabajadores que defienden la planta, e hizo una inspección de ella. Se le asignó presencia policial a la planta, como una medida protectora ante las arremetidas de las bandas armadas. Esperamos que su gestión se traduzca en el fin de este bloqueo que ya lleva más de 35 horas.
¡Socialismo es control obrero!
¡Los patronos y sus socios de la burocracia no pasarán!